El día 24 de Noviembre se realizo la charla organizada por Plenaria Memoria y Justicia, en el marco del Rescate a Gerardo Gatti.
La actividad se realizó en el SAG (Sindicato de Artes Gráficas) sindicato al cual Gerardo perteneció. La misma contó con una buena concurrencia y con los aportes de varios compañeros de militancia de varios sectores políticos.
En la charla se abordaron varios aspectos de la vida política de Gerardo Gatti, aportando a la reconstrucción de la memoria histórica de la lucha de nuestro pueblo.
A continuación dejamos dos intervenciones que se dieron en la charla.
Aporte de Chacho, (compañero de militancia de Gerardo Gatti)
RECORDAR ES VOLVER A QUERER decía Eduardo Galeano
Lo mío será relatar historias de vida
con la presencia de Gerardo.
Hubo cientos de experiencias similares
de gente de todas las organizaciones y de resistentes por la libre, que dieron
todo lo que tenían, soñando un futuro bien diferente para todos.
Que los Amodios y sus patéticas
historias de vida no enturbien las nuestras. Jornadas como ésta, realizada por la Plenaria, son
vitales para fortalecer la memoria de los de abajo.
"...Ya
hemos ido aprendiendo que a veces las denominaciones son engañosas. Por eso no
nos dedicamos a pegarle etiquetas a la lucha de los oprimidos. Puede haber
gente que llamándose en forma parecida no sepa bien lo que quiere, y hay
también quienes con otro nombre, o a veces hasta sin saber darle nombre, buscan
lo mismo. A todos los que sin mezquindades, a su manera y en su medida luchan
por estos ideales, los llamamos compañeros."
(Gerardo Gatti
Buenos Aires, junio/ julio de 1975)
Ese era Gerardo. La coherencia
entre lo que escribía y lo que era como ser humano. El que un día se
calentó cuando un compa dijo soy “un revolucionario” para diferenciarse de “un reformista”, ¿qué revolución hiciste? le dijo, por ahora
tenés “intenciones revolucionarias”.
Fue infatigable en un avance paso a
paso hasta lograr las formas de unidad
sindical que se plasmó en la CNT, que gracias a su insistencia fue convención y
no central. Al mismo tiempo desde el
sector sindical de FAU impulsó las reuniones de Tendencia que se hicieron en
Funsa y que consolidaron un estilo de hacer sindicalismo con elecciones anuales
o cada dos años, asambleas generales o consejos de delegados, que resolvían el
que hacer sin necesidad de burócratas o rentados. Decíamos que esa era la democracia obrera totalmente
distinta a la democracia burguesa del capitalismo y con diferencias notorias a
los planteos del partido comunista mayoritario en la Convención que quería una central sindical como polea de
transmisión del proyecto político de su
partido. Por eso era imprescindible una tendencia fuerte para que la CNT
funcionara autónomamente. Era la tendencia a secas y Gatti peleaba para que por
lo menos en el inicio, no se utilizara el adjetivo combativo, pues solo el tiempo diría cuan combativos
éramos. Yo era secretario de relaciones
de la FFUR funcionarios de la Universidad, y desde ahí acompañé el proceso.
Mi acercamiento a los anarcos fue en
preparatorio nocturno en 1963 donde tenían la mítica agrupación ARU. Yo estaba
en la UJC comunista pero en el 66 se aceleró mi acercamiento a ARU y comencé la
etapa de pasar del rojo al rojo y negro.
En el año 1968 pasamos a vivir juntos
con la flaca Edel, compañera del
nocturno, que en el futuro sería Elena. Era la dictadura constitucional y
alquilamos un apartamento discreto en Marco
Bruto y Rivera en un edificio de dos pisos con una mayoría de bancarios del
gremio. Nuestro domicilio oficial fue la casa de mi madre y mi hermano a cinco
cuadras. Un día Gerardo nos visitó, hizo mil preguntas y se enamoró del lugar. Nos dijo que no lo
usáramos políticamente y tampoco socialmente.
La Solidaridad – cerca de fin de año
cae preso Julio Marenales viajando en una camioneta.
Había posibilidad de que lo estuvieran
siguiendo y los tupas evacuaron varios lugares importantes y pidieron algún local
seguro.
Una mañana temprano llega Gerardo y
comenta lo del MLN diciendo que había que darles una mano. Claro, claro, hay que ser solidarios le
decimos. Se pone a charlar con Edel, poco conocida en la orga pues no militaba políticamente, sobre su barrio del
Cerro, su padre muerto, su familia que
trabajaba en los frigoríficos y están horas
charlando. Gerardo era un fino sicólogo aunque no tuviera título y Edel estaba
terminando un curso. Los dos se evaluaron y quedaron conformes. Edel cuenta lo
sucedido y nos dice que lo tomó como un examen de ingreso. “Carril”, era uno de
sus apodos, nos sorprende con su propuesta. Había una pareja de la dirección tupa en peligro y nos propone
que vivieran un tiempito con nosotros .
Y dijimos que sí y nuestra vida de empleados públicos cambió para
siempre pues el mismo día y acompañados por Raúl Cariboni llegaron Carlos Mejía
y América García con sus pistolas luger y sus caras preocupadas que ya conocíamos de las tapas de los diarios.
Empoderamiento es una palabra de moda
y eso fue lo que nos pasó. El apartamento chiquito de un dormitorio y una
salita llegó a albergar tres reuniones de compas compartimentados entre ellos y nosotros vigilando y organizando su entrada
y su salida. Y armas y explosivos y los cartuchos de dinamita que nos quitaban
el sueño “tengan cuidado pues son
inestables” nos dijeron. Y Gerardo
llegaba casi todos los días en esos tiempos acelerados de la gran huelga
bancaria y de la preparación de la salida de la R que fue OPR. A diario tenía reuniones con gente interesante que llegaba
compartimentada y mirando al suelo. Mi cabeza pasó a estar pendiente de la
seguridad del local y de todos sus habitantes.
Todo el día en la máquina y en la noche pensar y repensar los problemas
en vez de dormir. Pero tuvimos el
privilegio de conocer historias predilectas de Gerardo como el conflicto de los
navales del año cuarenta y nueve y las huelgas de los gremios solidarios y
clasistas en su apoyo. También sus concepciones profundamente libertarias sobre
el peligro de fabricar un ejército llamado popular que terminara parecido al
tradicional. Y explicaba que chola, el sector que hacía finanzas ilegales y
acciones, venía de choleo, robo y era
una forma de desmitificar las tareas. Se usaban nombres del fútbol: las ligas
que estaban compuestas por varios equipos que tenían encargados y no jefes. No
existían los términos comandos ni comandantes ni columnas, de uso habitual en
las guerrillas latinas. Estos conceptos no eran solo de Gerardo sino que
estaban anclados profundamente en todos. Se pensaba en un futuro de socialismo
y libertad y además de los clásicos del anarquismo y del marxismo se leía a Camus y se profundizaba un
existencialismo que estaba en Sartre y que decía que la libertad no es
abstracta sino libertad para, y en nuestro caso era para la revolución. Y la
revolución tendría a los trabajadores a la cabeza. Las ideas eran guías y no
recetas y teníamos que construir a partir de nuestra realidad y nuestras
propias fuerzas. No depender de otros.
Carlos
y América no se quedaron unos días sino muchos meses y se fueron y volvieron y se
fueron definitivamente emocionados pero necesitados de privacidad en su vida.
Y aprovechamos para casarnos y pasar una
semanita distendida pagada con los colectivos de los compas de Medicina y de
Asignaciones. El domicilio oficial fue la casa de mi madre. Gerardo nos
insistió que tomáramos la semana de descanso y seguramente pensaba un futuro
aún más complicado para nosotros y el local.
El día del casamiento apareció
sonrojado, tímido y cariñoso, con un enorme ramo de flores, el conocido
pajarito y brindamos y volvimos a brindar por un futuro de libertad.
A la semana empezó a funcionar torres
1 que era el servicio de información de la secretaría general con sus archivos
y más adelante la impresión de las cartas de FAU, publicación semanal de enorme
importancia en esos momentos de censura en los medios. Las imprimíamos en un precioso
mimeógrafo Orbis recién rapiñado. Gerardo iba y venía, se ocupaba de todo,
cuidaba los detalles, solucionaba problemas.
Era exigente con los demás pues era exigente con él mismo.
En algún momento del 69 la
coordinación semanal con el MLN empezó a hacerse en casa y duró varios meses.
Venía el ñato Huidobro y yo fui un
entusiasta Ansina preparando el mate para el uno de la Fau y el dos tupa. Al ñato lo conocí en 1958 cuando tenía 18
años recién cumplidos y éramos compas de pelea en la aguerrida hinchada de
Miramar de básquet. Mientras les preparaba
el mate nos poníamos al día de la vidas conflictivas del Fatiga o de Creolina,
conocidos comunes del Buceo norte. Gerardo escuchaba con atención pero un poco
desconcertado.
Había buenas relaciones con los tupas
y se preparaba la aparición de los comandos de autodefensa popular –CAP- integrados por militantes de los dos grupos y
por compañeros independientes. Pasados diez minutos les cerraba la puerta del
estar y vigilaba por una ventana la entrada al edificio por si llegaban los
tombos. Era posible una fuga por un
apartamento del fondo y había que estar alerta.
En abril del 71 llegué al CGIOR
procedente de Punta Carreta. Ahí estaban Gerardo, Mauricio, Hugo Cores y otros
compas. Había un maltrato gratuito y cotidiano. A las seis de la mañana nos
despertaban con gritos y golpeteo de manos para que nos levantáramos,
enrolláramos los colchones e hiciéramos la cola para ir al baño. Después todo el día al pedo mirando a los
milicos que andaban en el patio tomando mate. Nosotros –por razones de higiene
– no podíamos tomar. Gerardo propone que
una mañana hiciéramos resistencia pasiva y no nos levantáramos al galope. El
MLN no está de acuerdo (tenían la fuga del penal en sus bochos) y Gerardo y
Mauricio acompañados por Pérez Lutz, una
mañana remolinean y cuando el guardia
les patea el colchón se plantan firmes y el Coronel Gallardo los mete presos en
una pieza con custodia especial. Gerardo
manda una carta a Marcha y Quijano la pública y el coronel mandón queda en
ridículo.
Me queda algún minuto para hablar del
Congreso en Baires 1975 que terminó con la formación del Partido por la
Victoria del Pueblo. A los pocos días de terminado el congreso me comunican que
iba a integrar el sector teórico ideológico dirigido por Gerardo.
Lo de teórico-ideológico fue un poco
más tarde. De entrada fue pensar la seguridad e inventar mecanismos para
desnortear a los compas que venían compartimentados a reuniones. Por ejemplo le
pasábamos una grabación de un aeropuerto cercano que NO existía y combinaba con
el bochinche REAL del pasaje del tren suburbano al costado del local. Por muchos
meses fue pico y pala en el verano de fin del 75 y primeros meses del 76, preparando
las instalaciones subterráneas donde iba a funcionar una super imprenta ya
comprada y sin estrenar. Para mí, verano porteño no es el tango de Piazzola,
era haber llegado paleando a tres metros de profundidad y seguir vivo.
Y el comercio cobertura sería la
guardería La Panterita. El dibujo del
anuncio era un símil de la pantera Rosa pero con barriga. Y se colocó la
pantera rosa, gorda y simpática sobre el techo de la casa. Y las tres maestras ponían sus cuatro niños a
la vista del barrio como los primeros clientes.
Gerardo venía todos los días, bajaba
un rato al pozo y le daba al pico y salía medio muerto.
La instalación quedo terminada con un
nivelado perfecto, un sistema de aire que eliminaba la humedad y una iluminación
buenísima. Un compa al que le decían el
ingeniero fue quién dirigió a partir de sus planos y también fue electricista,
plomero y oficial albañil. Cuando llegaron los de OCOA quedaban aun 800 bolsas de tierra sin evacuar.
Gerardo faltó un día y dos y tres y la
angustia nos ganó.
El equipo de los cinco que funcionaba
en el local decidimos por unanimidad hacer confianza en Gerardo y no abandonar
el lugar. Eran Margarita, Raquel, Edel, el flaco Rodríguez Larreta y el que
escribe.
Conscientemente infringimos todas las
reglas de seguridad como un homenaje al amigo ausente.
Dos meses después las tres compañeras
y el Flaco se rencontrarían con Gerardo en Automotores Orletti.
Chacho
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Aporte realizado por Plenaria Memoria y Justicia
Gatti puede significar un punto de
referencia importante para alguien que milite hoy. Porque hay ciertos rasgos de su pensamiento
político que ofrecen pautas para la actualidad.
Principalmente en cuanto a la característica de Gatti de huir de la
doctrina y el sectarismo. Pero no una huida en el sentido de prescindir de la ideología sino rescatando lo
mejor de cada parte; de cada corriente de ideas; lo necesario para resolver luchas concretas.
Esa posición que se repite en su vida puede verse como cierta herejía política
contra la ortodoxia. Y cuando uno lee a
Gatti, o incluso cuando iniciamos el rescate de su pensamiento político esta característica enseguida se
nota.
Hay un Gatti que se forma en valores
del anarquismo que viene desde principio de siglo. De tradición profundamente
obrera en el Río de la Plata, de esa tradición anarquista (clásica podríamos
decir) recurre permanentemente para hablar de solidaridad y de métodos de
lucha. Y lo hace en un escenario que no era aún nítidamente dictatorial (o
pre-dictatorial). Era un período de cierta paz social aún, de sindicatos
amarillos etc. En ese escenario Gatti
nos habla de códigos que tienen que ver con confraternizar con hermanos de
clase, y a la vez del repudio al desclasado, a quien carnerea, a los
rompehuelgas, a los alcahuetes de los patrones etc.
Pero a la vez reniega de cierta
deformación en ese viejo anarquismo que no logra acompasar los procesos
históricos y se encapsula en principios sin capacidad de hacer política y va
perdiendo base social en la segunda mitad del siglo pasado.
Ahí empieza aparecer otro mensaje
fuerte en el pensamiento de Gatti. Donde el organicismo en todos los niveles
resulta clave: la organización de los trabajadores en un sentido amplio (en la
CNT), la organización social de obreros y estudiantes en ROE, la organización
política de los socialistas libertarios en FAU, y luego la organización armada en OPR33.
La organización es un planteo
permanente durante toda la década del ´60. Pero en todos los casos son modelos
organizativos que se componen de militancia heterogénea. En todas las
construcciones organizativas que impulsa lo hace sobre pilares libertarios y de
clase, pero siempre dejando espacios de oxígeno, de posibilidad de pensamiento
crítico contra toda ortodoxia. Su valoración positiva de las posibilidades que
ofrecía la Revolución cubana para Latinoamérica, la confluencia con otros
sectores políticos del pueblo etc. fueron pautando un perfil que era crítico
entre los críticos. Revolucionario entre los revolucionarios. Y por lo mismo
criticado más de una vez.
En la última etapa Gatti deja señales
nuevamente de ese rasgo de permanente búsqueda de trascender de lo establecido.
Cuando ya el MLN había sido derrotado, y
“el Cóndor” se apoderaba de la región ensaya un análisis y una
autocrítica junto a Cariboni y los otros compañeros de FAU sobre las
limitaciones del proceso de liberación Nacional. Un material imprescindible
como legado de las luchas pasadas. Pero también para la corriente libertaria
plantea autocríticas y formas de avanzar. Habla de la necesidad de quitarse las
etiquetas, los rótulos y caminar hacia una síntesis política: “lo mejor del
anarquismo y lo mejor del marxismo” nos dice.
Todo esto sucede en medio de una persecución a todos los
luchadores en la región, en medio de la etapa mas dura de la represión del Plan
Cóndor. Es probable que esa misma situación no haya permitido entender con
claridad esos planteos de síntesis. Este proceso queda trunco (consideramos) a
razón de la represión, y la propia desaparición de Gatti y buena parte del
colectivo político (y familiar) que lo rodea.
¿Y porque pensamos que el pensamiento
político de Gatti tiene particular importancia hoy?
Justamente a razón de que consideramos
que hoy la heterodoxia es el signo de los rebeldes que vienen y por lo tanto de
las rebeliones futuras: Una heterodoxia que puede sonarle a los viejos
ortodoxos (de todas las corrientes ideológicas) cómo herejía política. Pero que
no es una heterodoxia cómo signo de bajar banderas o disolver conceptos. Sino
una búsqueda de herramientas que les sean útiles donde sea que las encuentren.
Porque hoy nacen rebeldes y rebeliones que mezclan y
construyen acorde a la realidad específica. Buscando respuesta en la
cosmovisión de los pueblos originarios, en el Che, Durruti, Marx o Bakunin…o un
poco e cada cosa. Cómo sucede –por
ejemplo- en la zona más peligrosa del mundo actualmente desde donde un pueblo
guíado por un otrora Partido de los Trabajadores del Kuridstan (de rasgos
claramente marxista-leninistas) nos alumbran con experiencias inspiradas en
Bookchin, y nos hablan de federalismo democrático a la vez que estructuran un
Poder Popular y sus milicias femeninas derrotan con armas a los mercenarios
imperialistas. Tales son las arquitecturas teóricas de las luchas actuales…
Gatti, con toda su amplitud
ideológica, pero –a la vez- con toda la
firmeza de sus postulados y valor de clase es en este sentido una referencia
que llega cómo bocanada de aire fresco, a las luchas actuales, tanto para
afirmar raíces, cómo para liberar las ideas.
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