Hace unos meses cuando estábamos haciendo la planificación del año, se
planteó hacer un Rescate a Ibero Gutiérrez, un nombre familiar, un rostro
familiar, alguien de quién alguna vez todos y todas escuchamos y sin embargo –nos
dimos cuenta- era tan desconocido para la mayoría.
Poco a poco las compañeras más veteranas y contemporáneas a Ibero fueron
llenando los baches en la historia tan conocida, poco a poco otros compañeros y
compañeras -que ya habían investigado- fueron aportando detalles y fuimos confirmando que definitivamente
debíamos hacer un Rescate a Ibero Gutiérrez.
Es que ese es uno de los valores de un Rescate, el de tomar un nombre
que puede sonarte o no, el de tomar esos textos que encontramos en internet, esos
que narran el año, mes, de su desaparición o muerte, o los que nos relatan a
qué sector perteneció, los que cuentan un poco más de su persona, los que
gracias a las denuncias y a los que no olvidan aportan datos sobre los
responsables de su ausencia, el aporte está en tomarlo todo y juntarlo con las
narraciones vivas de quienes lo conocieron o fueron coetáneos y así se va
armando un esbozo de la persona detrás de la imagen y ese nombre tan familiar.
Y en el proceso de preparación del Rescate y en la charla debate de la
que ya les contamos (Pueden verla acá) fuimos descubriendo a ese Ibero de 10 años que no podía parar
de escribir en su diario, descubrimos a ese Ibero que no podía parar de pintar,
al Ibero militante estudiantil de secundaria, militante estudiantil de
facultad, al Ibero comprometido, al Ibero militante organizado, al Ibero
Tupamaro, al del 26 de Marzo, al artista anti-sistémico, al que estuvo preso en
el CGIOR, al que el escuadrón asesinó… y resulta que todos esos Ibero son uno
sólo.
Organizar un Rescate no es una tarea sencilla, a la recopilación de
datos se le suma la confirmación de los mismos, la búsqueda de testimonios de
quienes lo conocieron (y como nos ha pasado más de una vez, sorprendernos al
darnos cuenta de que esos testimonios están más cerca de lo que pensamos en un
principio y es más, siempre han estado allí). También implica el abrir las
puertas al debate, cosa que no nos preocupa, es más le damos la bienvenida con
los brazos abiertos, pero siempre cuesta, -cuando de nuestra historia se trata-
llegar a puertos comunes sobre todo cuando las historias oficiales se imponen
con tanto peso porque a veces vemos lo mismo pero no entendemos lo mismo.
En los diversos Rescates que venimos realizando hemos ido aprendiendo a
incorporar y trasmitir que el ser parte de un Rescate no implica la adhesión
directa a un determinado sector político ni hacer un acuerdo total con los
planteos de los compañeros y compañeras a quienes Rescatamos. Rescatarlos
implica tomar sus luces y sombras, reconstruir su lucha, sus ideas y también
debatirlas, cuestionarlas o reivindicarlas.
Y con estas complejidades llegamos al 13 de Julio, día del Rescate. Nos
concentramos en Avenida Italia y Centenario, cargados/as de carteles con los
rostros de nuestros compañeros y compañeras, sobre las 19hrs. partimos hacía el
Liceo Dámaso y aunque por lo general vamos hacia las casa donde vivieron en esta
oportunidad elegimos hacer la intervención en el sitio donde estudió, del que
fue parte.
Al estar en semana de vacaciones, no había muchos estudiantes, sólo
aquellos que estaban dando exámenes y que cuando llegamos nos miraron
extrañados sin entender muy bien el por qué de nuestra presencia. Algunos se
acercaron a preguntar otros se mantuvieron distantes observándolo todo y
sacando fotos.
Un grupito se acerco, una chica pregunta: “¿Esto es por algo de la dictadura?,
Esto es un Rescate a Ibero Gutiérrez, él estudió en este liceo, fue asesinado
en 1972, respondimos y nos enfrentamos a distintas expresiones, alguno dijo: “Ah
creo haber escuchado algo”, otros admitieron no tener idea y ahí está la otra
parte del objetivo del Rescate, porque ese rostro y nombre que nos era tan
familiar –aunque su historia no tanto- resulta que es desconocido para muchos y
ahí está la necesidad imperativa de darlo a conocer, que los estudiantes pudieran saber quién
fue Ibero, qué pensaba, qué hizo y el por qué lo asesinaron, para que el olvido
no lo consuma.
Estando, ahí frente al Dámaso se dio inició a la intervención con la
lectura de una proclama (pueden leerla acá)
y al terminar otra vez contamos con una parte de los compañeros/as que nos
emocionaron con su interpretación en la charla (pueden verla acá), esta vez al ritmo de un violín y
una armónica un compañero fue interpretando algunos versos de los poemas de Ibero con
los carteles de los compañeros y compañeras desaparecidos y asesinados de fondo.
Y así terminó esta nueva etapa del Rescate que se inició el 1 de Julio
con la charla debate que se hizo en el SAG, y que concluirá con la pintada de
un mural en las inmediaciones del Dámaso.
Termina este Rescate y nos deja las mismas emociones encontradas que nos
dejaron los anteriores; la certeza de saber que este tipo de actividades son
importantes en la tarea de reconstruir la memoria histórica, la desazón de
sentir que no fue suficiente. El aprendizaje de encontrarnos con un Ibero que
fue asesinado cuando tenía apenas 22 años, una edad que hace a los que ya pasaron por
esa etapa preguntarse sobre lo que hicieron a esa edad, y a los que están atravesando
por esos años interpelarse sobre el qué están haciendo ahora. Y aunque son
tiempos diferentes en algunas cosas son tan iguales…
Rescatando a Ibero también nos permitimos rescatar una época, una
estética, una cultura. Rescatando al Ibero artista nos permitimos explorar un
estilo desde lo creativo, rescatando al Ibero militante nos planteamos una forma
de hacer política, rescatando a Ibero -a secas- como cuando rescatamos a
Gerardo, o a Soledad o a Elena descubrimos que no importa a qué sector
pertenecían, todos y todas murieron por lo mismo, por atreverse a pensar, soñar
y tratar de crear un mundo mejor.
Y así mientras escribimos estas líneas, pensando en Ibero, se nos antoja
escuchar a Pink Floyd con su “Wish you were here” (Desearía que estuvieras
aquí) y de repente esa consigna que siempre usamos cobra vida porque sí, Si están en nuestra memoria son parte de
esta historia.
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