Este 27 de Junio, se realizó una marcha, que partió desde el Hospital Español (Garibaldi, esquina Pando), rumbo al Comando General del Ejercito.
La marcha organizada por la Coordinación 27 de Junio, fue convocada por varios sindicatos, gremios estudiantiles, organizaciones sociales y de DDHH.
Bajo la consigna de: Ningún milico en las calles. Ningún impune sin condena!!!
Proclama leída por Plenaria Memoria y Justicia
Compañeras,
compañeros: Como cada 27 de junio, venimos a juntar nuestras voces a más voces;
a las que hoy, siguen soñando; a los que hoy, están ocupando; a las que hoy
siguen deseando otro mundo; otra humanidad.
Venimos a decir que,
en medio de tantas mentiras oficiales esa montaña de la que escribía Omar
Cabezas, es algo más que una inmensa
estepa verde entre tanta patraña organizada por las Fuerzas Armadas, los
Estados y gobiernos de turno, esa montaña brilla cada vez más, en la memoria,
los deseos y los sueños de nuestras compañeras y nuestros compañeros
desaparecidos o caídos en la lucha.
Venimos a condenar
el rol de: Comandos, Generales y ricachones. Venimos a decirle a Manini Ríos y
al máximo jefe de las Fuerzas Armadas; el presidente Tabaré Vázquez, que no nos
confunden, porque cada vez que han dicho estar de pie, cada vez que se
levantan, sabemos que nos van a disparar.
Es este pueblo el
que está de pie, al que nadie pondrá de rodillas porque como mujeres y hombres que
soñamos con la libertad apostamos a una humanidad diferente, sin opresores ni
genocidas. Sí queremos y defenderemos otras formas de organización, donde los
conflictos sean autorregulados sin instituciones con dispositivos de control
como maquinas de guerra.
A eso venimos, a
sumar nuestras voces a otras voces para no sólo acallar la voz militar sino a derrotarlos.
Venimos a decir que
tenemos que frenar el ruido de las botas, el tronar de sus tanques y fusiles.
Estamos acá para
sumar un grito más, que denuncie la estrategia de hambre y muerte. Impunidad
sostenida por la doctrina de la inseguridad ciudadana. Impunidad agazapada,
escondida tras las prédicas de la inseguridad que supuestamente será combatida
por policías militarizados.
Es la impunidad la
que genera inseguridad para los trabajadores, jubilados, estudiantes,
desocupados…
Vivimos en un mundo
donde el sistema imperante, donde el
consumismo exacerbado, ha logrado resquebrajar los tejidos sociales, los
códigos, generando una lucha de pobres contra pobres, disputa necesaria para
mantener este sistema. Y encima nos vienen con esa propuesta, ya aplicada en
otros lados, de llamar a los militares para que salgan a las calles, como gran solución
a lo que ellos mismos han creado.
Pero nosotros,
nosotras, sabemos que los milicos en la calle, no es la solución. Nosotros y
nosotras no olvidamos que; ¡¡¡la última
vez que los llamaron se quedaron 12
AÑOS!!!
Años de tortura,
años de violaciones, de secuestros, años
entrenando torturadores, aprobando
leyes represivas, Escuadrones de la muerte, años de enriquecimiento
ilícito. Años de impunidades y saqueos proyectados desde 1960, condicionando la
vida de los y las jóvenes de hoy.
¡¡¡12 Años de TERRORISMO DE ESTADO!!!
Hoy 45 años después,
seguimos sufriendo las consecuencias de ese llamado. Seguimos enfrentando esa
impunidad que no fue ni será radicada por los Estados y sus gobiernos. La que
asegura que más de 600 torturadores anden tranquilamente por nuestras calles. Esa
impunidad que garantiza a los poderosos genocidas, cárceles de lujo, prisión
domiciliaria, fugas para eludir la corta acción del poder judicial.
Aunque cientos de
sobrevivientes los señalemos, los poderes se encargan de que puedan zafar.
¿Dónde? ¿Dónde está
la justicia?
Los rostros impunes
de los torturadores de ayer y hoy, siguen torturando a madres, hijos y hermanos,
manteniendo la desaparición, garantizando con amenazas militares presupuestos
para la muerte, presupuestos para la ignorancia, presupuestos para más
cárceles... para más miseria.
Pero hay una
justicia de la que no pueden, de la que no han podido y no podrán escapar: El de la condena social.
Esa condena que se
expresa en cada escrache, en cada marcha, en cada afiche, cuando cada uno de
nosotros y nosotras nos negamos a aceptar la convivencia con los torturadores. Cuando
ese comerciante, que al enterarse de que ese vecino es responsable de tantos
crímenes imperdonables, decide no venderle más.
Es la condena
social la que ha logrado señalar a los impunes, condenarlos. La que hizo que
Gavazzo no pudiera asistir al cumpleaños de su nieta, gracias al rechazo
generalizado y la movilización en la calle. La que hizo que tuviera que mudarse
porque no quedaba ni un vecino que no supiera de sus crímenes. Y una vez más
fuimos a su casa y seguiremos yendo todas las veces que sea necesario: ¡A donde vaya lo iremos a buscar!
Es la condena
social la que logró que Zuluaga no sólo no fuera al mundial, si no que el
pueblo entero supiera lo que hizo y lo señalara como culpable. Ese gesto de
condena social y memoria activa que logramos entre todas las organizaciones
sociales y de DDHH, fue el más reciente golazo contra la impunidad.
Ahí
está la justicia: en el poder de la memoria, en la organización en cada
sitio, en la lucha, en la palabra certera...ahí está la reserva que nos hará
más fuerte, más claros.
Hoy 45 años después
venimos, a esta marcha, convocados por una coordinación que reunió a varios
sindicatos, organizaciones estudiantiles, organizaciones sociales. Una
coordinación que también realizó varios talleres en centros de estudio, donde
se debatió, se compartió, se rescató la memoria de los hechos.
Hoy 45 años
después, tantos espacios diversos nos juntamos para señalar este símbolo del
terrorismo de Estado. Para que no se olvide aquel 27 de Junio, para acallar la
voz militar.
Porque
no estamos dispuestos a aceptar la militarización de la sociedad.
No
aceptamos medidas prontas de seguridad.
No
aceptamos a los milicos en las calles
Ni
a los impunes sin condena.
De
la condena social no escaparan.
Arriba
la lucha por la emancipación.
¡Ahora
Justicia!
Montevideo, 27 de
Junio 2018
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