El sábado a
pesar de todas las complicaciones, (pronóstico de temporal con vientos fuertes
y lluvia con granizo, más el conflicto de los ferroviarios) se realizó la
movilización de Rescate en Santa Lucía.
El tiempo a
última hora acompañó y pudimos ir hacia la UTU, lugar donde Carlos Alfredo
vivió y donde colocaron la placa en su homenaje. Fue una jornada hermosa, de
encuentro y testimonios que culminó con una actividad artística, en el Espacio
socio cultural Carlos Alfredo, llena de camadería y emoción gracias a la
actuación de un compañero de Plenaria Memoria y Justicia que interpretó el
tema, entre otros, del El Astillero “Venime a buscar”, canción que nos acompañó
durante todo el Rescate y como broche de oro cerró la banda de Santa Lucía: “La
culpa la tiene Benito” que nos dejó con la piel de gallina en más de una ocasión.
Gran cierre
de las actividades de Rescate de la memoria de Carlos Alfredo RodríguezMercader.
Les dejamos
como crónica de la actividad el texto leído en el Rescate por parte de Plenaria
Memoria y Justicia que describe lo que nos fue pasando durante este Rescate.
Desde que
empezamos con Plenaria Memoria y Justicia, la lucha por la memoria ha estado
siempre presente en nuestro accionar, en cada actividad, en cada palabra
escrita o dicha; y a medida que la herramienta fue madurando entendimos que,
para mantener la memoria viva, era indispensable rescatar las historias de
nuestros compañeros y compañeras que en el acierto o en el error, desde
diferentes tendencias, dieron su vida por la revolución, por el sueño de un
mundo distinto.
Así
surgieron los Rescates, una herramienta necesaria para traer al hoy las luchas
de nuestro pueblo. Rescatar del olvido, de las “verdades oficiales” o de las
distorsiones, quiénes eran, qué hicieron, porqué pelearon, y el porqué hoy no
están.
Cuando a
principio de año nos plantearon desde la Comisión de DDHH de AFUTU, realizar un
Rescate en conjunto de Carlos Alfredo Rodríguez Mercader, en seguida nos
sumamos, asumiendo el desafío de Rescatar a un compañero del que prácticamente
no sabíamos nada más allá de que fue un docente de UTU y que fue anarquista.
Lo primero
que se hizo fue lanzar las redes en busca de testimonios de quienes lo
conocieron. También recurrimos a internet, encontrando muy poquito, e incluso a
veces, información errada.
Hablamos con
diferentes compañeros y compañeras, y de a poco nos fuimos consustanciando con
su historia. Descubrimos que en Santa Lucía lo conocían como Carlos Alfredo,
que sus compañeros y compañeras lo llamaban “Pelado”… o más bien “Peladito”,
que en su organización lo llamaban Santana.
Aprendimos
que empezó a militar muy joven, que vivió la vida de forma intensa, que era muy
querido, que era muy audaz. Nos contaron sobre las cosas que fabricaba, que
inventaba, de las acciones en las que participó. Nos fuimos enterando de su
lucha, de lo que pensaba, de porqué luchaba.
Nos
encontramos con un Carlos Alfredo para quien la libertad y vida de sus
compañeros era una obsesión. Descubrimos
a un muchacho sencillo, tenaz que amaba profundamente a su esposa Ivonne.
Escuchamos
anécdotas y a su vez las fuimos compartiendo con otros, como si esa historia
fuera nuestra, como si hubiéramos estado allí, a pesar de que la mayoría de
nosotros/as no había ni nacido cuando él desapareció.
Y así sin darnos
cuenta, dejó de ser solo esa foto con su nombre y fecha de desaparición, para
pasar a ser Carlos Alfredo, y hasta incluso “Peladito”, un ser cercano,
querido, y su ausencia, de pronto, se sintió mucho más.
A través del
Rescate de su historia, también fuimos rescatando en paralelo un fragmento de
la historia de nuestro pueblo. Descubriendo determinados procesos, situaciones
y comprendiendo un poco más los hechos pasados.
A través de
los diferentes testimonios fuimos conociendo la existencia de diferentes
espacios organizativos, nos enteramos, por ejemplo, que existía OMTUTU, del que
no sabíamos nada.
Y también
surgieron dudas, hechos que quisiéramos profundizar, interrogantes sobre ¿qué
hubiera pasado si…? ¿Cómo la historia hubiera cambiado si en el último momento
Carlos Alfredo no hubiera tenido ese presentimiento que salvó la vida de al
menos dos compañeros? Cómo la historia hubiera cambiado si ese anhelo que
compartía con otros, el de liberar a sus compañeras y compañeros secuestrados
en Orletti se hubiera cumplido. ¿Qué pasó? ¿Por qué no se pudo? Y más aún, está
la interrogante del por qué esa historia no se conoce tanto.
Es el valor
de los rescates, el traer al hoy los hechos pasados. La reconstrucción de la
historia para poder seguir adelante, aprendiendo del ayer, y defendiendo las
ideas por las cuales tantos compañeros y compañeras dieron sus vidas.
Es poder ir
a un barrio como Palermo, donde se pintó un mural de la memoria el sábado
pasado, y encontrarnos con un barrio receptivo, con ganas de saber y agradecido
por plasmar un poquito de Memoria en ese muro.
Es
encontrarse con organizaciones sociales como el Espacio sociocultural Carlos
Alfredo y la radio Espika en Santa Lucía. Rescatando su historia conocimos
otros lugares de resistencia hoy.
En cada
Rescate realizado, hemos aprendido un poco más de nuestra historia y ese
aprendizaje nos ha dado más herramientas y fuerzas para seguir adelante,
convencidos y convencidas de que la memoria es la mejor estrategia contra el
olvido. En cada rescate reafirmamos la vigencia de las ideas, de los sueños de
un mundo mejor.
Hay muchas
historias como las del Peladito, que esperan, que necesitan ser contadas, y
debe ser un compromiso de todos y todas el hacerlo, el reconstruir sus vidas,
para no rendirnos a esa desmemoria que pesa tanto, para que sus luchas no se
pierdan.
Si están en
nuestra memoria son parte de esta historia.
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