14 de enero de 2016

Denuncia: Relatos de las torturas que ordenó y ejecutó Ernesto Ramas :





“…Fueron segundos el tiempo que me llevo elaborar una estrategia para no morir, para permanecer, para no claudicar, para no enloquecer, para no dejar de ser.

El agua entraba salvajemente, fría, decidida, en torrente. La capucha se inundo, se cerró en el cuello y sentí los gritos de otros muertos, de otros nacimientos, de otras estrategias que también lucharon para no abandonar nunca más el mundo milenario de la lucha de los pueblos.
Mi espalda y mi piel sintieron como el agua se electrizaba y quemaba mis neuronas.

Pero la lucha de los pueblos pudo más.

En ese primer minuto de vida se decidía todo. Mi cabeza daba vueltas y la estrategia se debatía para no morir ahogada.

Boqueaba y buscaba oxigeno desesperadamente donde no lo había. El gemido, el vomito y mi cuerpo que se tenso en un espasmódico movimiento de gigante fueron de una intensidad y fuerza brutal.

El hombre verde acicateado para matar, dejo por un momento su automatismo y pensó (lo que estaba terminantemente prohibido para él).
Fue un momento y fue la causa de que la estrategia no muriera y de que Joaquín este hoy a mi lado.

Ese hombre verde nunca supo que levantando su brazo y sacando a ese nuevo ser desde el fondo del tacho, estaba siendo partero de la vida y de la lucha.

A cientos de kilómetros, en un Tacuarembó lejano, en una vieja casa de la calle 33, construida en la década del 40, una niña de 10 años jugaba a la rayuela y a las maestras.

En una vereda impregnada con olor a jazmines, Marta jugaba y saltaba, sin imaginar que en su vientre,  Joaquín comenzaba a ser protagonista de una historia que habría de comenzar 28 años después.

De pronto esa noche, ella sintió sensaciones extrañas y un latido distinto de su corazón la llevo a emprender un vuelo nocturno, silencioso, extraño, agotador, para poder llegar hasta aquel viejo Barracón. Allí se poso en un añoso roble y pudo ver a un joven muchacho de 21 años que luchaba por nacer, para ser parte de un futuro, que en aquel momento para nadie existía.

Inconscientemente su pensamiento rezo un Ave María.

Aquel era un tiempo solo de trágicos presentes, de morbosos electrodos, cuerdas que levantaban cuerpos que a cada segundo pesaban más y más y parecían estallar.

Era una mordedura filosa, atroz, que masticaba los cuellos, los brazos y las espaldas tensadas a más no poder. Y en ese infierno eléctrico y planificado para matar, violar, destrozar cuerpos y vencer resistencias, en ese infierno usted era el Jefe Supremo, usted era el Diablo personificado, el que pegando con su fusta en su bota lustrosa gozaba como en un orgasmo de crueldad cada aullido de dolor y de cercanía a la muerte.

Era usted Coronel Ernesto “Tordillo” Ramas. Usted aun desde su celda lujosa y con todos los beneficios que le da el sistema, puede escribir y ser entrevistado por la prensa.

Usted si tiene quien le escriba Coronel Ramas. Somos muchos los que podemos escribirle para recordarle cuánto dolor gesto en su vida…”

Extractos de los expedientes:
 
Del expediente: En esa base, a la que los militares uruguayos aluden como OT 18, (OT. Significaba Operaciones Tácticas) se instaló un grupo operativo comandado por ANIBAL GORDON, argentino, con dependencia de la SIDE (Servicio de Información de Defensa de ese país), a cuyo frente estaba OTTO PALADINO .Los militares y policías uruguayos que operaban allí pertenecían a OCOA (Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas) y al SID, (Servicio de Información de Defensa) Eran identificados, los de OCOA, con números precedidos del nombre OSCAR, según el rango (el Mayor ERNESTO RAMAS era OSCAR 1 por ejemplo). 

Los efectivos del SID se nombraban a partir del 300, JOSE NINO GAVAZZO era el 302 (2º Jefe del Departamento III). Ese Departamento III del SID era el que tenía a su cargo “Planes, Operaciones y Enlace”. JUAN ANTONIO RODRÍGUEZ BURATTI, era por entonces el Jefe de ese Departamento, con el grado de Tte. Coronel, y era el llamado 301, hoy fallecido por autoeliminación en el momento preciso en que era citado para comparecer a declarar. Otros efectivos que fueron detectados en esos operativos son: JOSE RICARDO ARAB, (posiblemente 305), revistando en el SID, GILBERTO VÁZQUEZ (307), también del SID, JORGE SILVEIRA (OSCAR 7 Sierras) de OCOA, JUAN MANUEL CORDERO, (303), LUIS ALFREDO MAURENTE (309). También JOSE FELIPE SANDE LIMA, (310) procedente de la Policía, que ingresó al SID junto con RICARDO JOSE MEDINA BLANCO (a. 306) en 1976 y ambos permanecieron allí hasta 1977. Fue notoria la presencia del Comisario HUGO CAMPOS HERMIDA, también fallecido. 


 …Está acreditado, asimismo, que, como método, mantenían a los detenidos “tabicados”, o compartimentados, es decir, con vendas en los ojos, a las que se agregaban a veces algodones (exigencia mantenida por el superior en todo tiempo, según declaración de RAMAS), y los torturadores, salvo contadas ocasiones, no mostraban el rostro en Argentina. Sin embargo GAVAZZO, por ejemplo, solía exhibirse a cara descubierta, aún en ORLETTI.


…Es muy posible que los golpes asestados al PVP en esta etapa, los secuestros y torturas respondieran, entre otras cosas, al manifiesto afán por encontrar los diez millones de dólares que ese partido obtuvo en una acción previa en Argentina. Dato que llegó a conocimiento de los militares uruguayos a través de los delatores. El procesado JORGE SILVEIRA precisó el origen de la información recibida en el año 1976, a través de una llamada telefónica desde Buenos Aires a la División de Ejército 1. La persona que llamó pidió para hablar con alguien del OCOA, le dijeron que llamara tal día y a tal hora que sería atendido por un jefe. Volvió a telefonear en la fecha indicada y habló con RAMAS, que era justamente el jefe de operaciones de OCOA. El informante resultó ser un integrante del PVP (llamado “GOESSER MERE” en la declaración de SILVEIRA, en realidad su nombre era GOESSENS MERÉ), al cual dieron el alias de EL PILOTO y RAMAS se adjudicó el de FLOR DE LIS, para esa operativa en particular. A partir de ese momento comenzó el intercambio de información, en la que intervino después GAVAZZO 


…La declaración de GAVAZZO implica aceptación de sus viajes a la Argentina como “Oficial de enlace”, con destino a la base antes nombrada como OT 18, cuyo jefe era ANIBAL GORDON y además el haber operado “sobre uruguayos, personas uruguayas residentes en la Argentina. Integrantes de movimientos terroristas que se 16 16 habían trasladado desde Uruguay a la Argentina y allí o se habían integrado a organizaciones terroristas argentinas o habían reorganizado sus actividades para retornar a Uruguay”. Esa admisión expresa no se dio en los casos de JOSÉ RICARDO ARAB, JORGE SILVEIRA ERNESTO RAMAS, JOSE FELIPE SANDE, ni RICARDO MEDINA BLANCO, los hechos se tienen por plenamente probados en función de los testimonios e indicios. GILBERTO VÁZQUEZ, con las precisiones que se dirán, también coincidió en su pasaje por ORLETTI. Ese primer grupo de detenidos “22 o 23 personas” “todos pertenecientes, menos uno al Partido por la Victoria del Pueblo”, iban, según GAVAZZO a ser ejecutados, y “mediante una mentira”, (siempre versión de GAVAZZO) bajo órdenes del General PRANTL consiguieron que se los entregaran “a efectos de salvar sus vidas”.y finalmente se los transportó a Uruguay.  


Por su parte, el “Perro” (WASHINGTON) PÉREZ describió pormenorizadamente la grave situación que afrontó, al haber sido elegido por la banda de uruguayos y argentinos como intermediario, tratando de obtener dinero de otros militantes del PVP, mientras GATTI estaba prisionero. Igual presión sufrió después, cuando fue secuestrado LEON DUARTE. Dio testimonio del estado en que se hallaban tanto GATTI como DUARTE a raíz de las torturas sufridas, en la Comisión investigadora: “Me provocó tremenda sorpresa ver la forma en que me traen al compañero Gerardo Gatti. Este compañero desaparece en la Argentina el 10 de junio de 1976. 


A los cuatro o cinco días de estar detenida, esta persona que me dicen que es “el Jovato” un coronel perteneciente a las fuerzas militares o paramilitares argentinas dice:”Aquí está don Gatti, felizmente usted, don Perro, puede verlo con vida gracias a que hoy - y no es para echarle el fardo a nadie – pudimos arrancarlo a la Policía Federal Argentina donde durante cuatro o cinco días fue brutalmente torturado”.”La verdad es que Gatti en ese momento tiene una infección tremenda en un brazo producto de haber sido colgado y hay una foto sacada entre el 20 y el 24 de junio donde puede verse esto que afirmo”. 


Y con respecto a DUARTE: “Si era impactante la situación en que yo había visto al compañero Gerardo Gatti, mas impactante y tremenda fue la oportunidad de ver al compañero León Duarte”…”Me dijeron lo mismo que en la otra situación, que había una persona amiga que iba a hablar conmigo. Puedo describir el impacto que me produjo esto. Yo conocía a Duarte desde 1953 en el gremio de FUNSA, había trabajado en el conjunto del movimiento obrero, organización sindical, era el secretario, ahora desaparecido en la Argentina. Venía con una camiseta de media manga y una bufanda envuelta, parecía una momia, totalmente blanco. La primera impresión que tuve cuando me abrazó era que había estado en un lugar muy frío, porque estaba tremendamente blanco; sus pies estaban descalzos. Lo primero que le 50 50 pregunté es como estaba. Me dijo: “¿cómo voy a estar? Hace cuatro o cinco días que me están dando” Los mismos hechos resultan de la trascripción literal de declaraciones hechas por PÉREZ en Alvesta, Suecia, grabadas el 1º de setiembre de 1976, es decir, cuando recién había logrado huir y se había refugiado en aquel país, glosada en Acordonado. 


La detención de LEON DUARTE se había producido el 13 de julio de 1976 en una confitería de Boedo y Carlos Calvo junto con SERGIO LOPEZ BURGOS. Según LOPEZ los apresaron CORDERO, GILBERTO VÁZQUEZ, y otros soldados uruguayos, todos de particular. Dijo López que “LEON DUARTE era un personaje importante por eso estaban todos esos” LOPEZ fue sometido a graves y prolongadas torturas, que llevaban a cabo los uruguayos: “Estuve en la máquina unas 6 horas, me tiraban agua en el piso y me daban electricidad, había un médico OSCAR 5 que nos daba una pastilla y nos decía “tomá esto para que no revientes como una chinche”. 


Me torturó CORDERO y también el PAJARITO SILVERA (éste nos decía a todos “gran mascón”) y el TORDILLO RAMA me preguntaba sobre cosas y nombres de compañeros y lugar que ocupaba en la organización, demostraba especial interés por la plata del PVP.”


1-   Ernesto Avelino Ramas, fs. 153/159

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