21 de abril de 2016

Memoria Activa: Silvia Reyes Presente!!!



Las Muchachas de Abril es como se conoce en Uruguay a las tres jóvenes militantes del FER 68, que fueron asesinadas, el 21 de Abril de 1974, por las fuerzas conjuntas (integradas por Artillería  antiaérea y funcionarios de la  inteligencia de la OCOA, con base en ese entonces en el Grupo de Artillería 1, La Paloma  Infantería 1.2.3, del km 14 de Camino Maldonado).

Al mando del operativo iba el  teniente Coronel Juan M Rebollo, Mauro Mauriño, el Capitán Julio Cesar Gutierre, el Mayor José Nino Gavazzo, Manuel Cordero, el Teniente Jorge Pajarito Silveira, en búsqueda de Washington Barrios , ahí fueron brutalmente asesinadas  Diana 21 años, Laura 19 años y Silvia de19 años embarazada del hijo que esperaba; al poco tiempo Washington, es  secuestrado y desaparecido en Argentina.


Silvia Reyes
(Material extraído de “Los Ovillos de la Memoria”)

Era dos años menor que su hermana Stella. “Las dos éramos muy parecidas y mamá nos vestía a las dos iguales, como se usaba en aquellos tiempos. Mi padre trabajaba en la galería Bruzzone y era activista de la lista 15 del Partido Colorado, en casa siempre había propaganda de la 15: pelotas, muñecas, pegotines. Tanto es así que en época electoral una de las actividades de mi familia era ir a ver a mi padre o a mi tío cuando pronunciaban sus discursos. Mi madre se ocupaba de las tareas de la casa.

Una costumbre de la familia era juntar juguetes para el día de Reyes, los arreglábamos y los repartíamos. Vivíamos en el Buceo, el barrio estaba pegado a un cantegril, en una de las primeras casas de material construidas en esa zona.
Silvia fue a la escuela de Rivera y Julio César, cursó con muy buenas notas y practicó patín en el Platense Patín Club. Una enfermedad a los 5 años la obligó a hacer reposo. Era difícil mantenerla quieta y entre los muchos recursos que utilizaron, a papá se le ocurrió hacerle una cometa, la pegó al techo y le dio el hilo para que la remontara dentro de la casa”, recuerda Stella.

“Más adelante fue al liceo 12 que estaba en Rivera y Soca, también se destacó por sus notas y por ser muy bonita, sus ojos verdes en contraste con su pelo oscuro llamaban la atención. Tenía muchos amigos. Su adolescencia estuvo rodeada de música, los Beatles, los Rolling, Mateo, Urbano Moraes, Quico Sicone, y decidió aprender guitarra, su profesora fue Teresita Minetti. Su pasión por la música y por integrar la más famosa barrita del barrio la llevó a formar un grupo de rock, The Alacrans, debutaron en la parroquia San Pedro en una quermés, todas vestidas con buzos negros con un alacrán bordado en blanco, minifaldas y botas altas negras.” La idea fue de Silvia, bien acompañada por Stella y otras amigas, tenía 13 años. “Cuando cumplió los 15 lo festejaron en casa, estaba muy linda, se alisó el pelo, se puso pestañas postizas, un vestido muy corto de encaje blanco que dejaba entrever el sutién. Ya tenía un noviecito apasionado. Pero en un viaje a Buenos Aires con unas amigas, festejando los 15, conoció a Washington, que no sólo les vendió el pasaje en el Vapor de la Carrera, también les consiguió un camarote especial, se hizo compañero incondicional de viaje y estaba a la vuelta esperándola.”

Washington tenía 17 años, cursaba preparatorios en el nocturno del IBO, quería ser abogado. Silvia trabajaba cuatro horas, seguía estudiando y empezó a militar. En el año 1971 se integró al Movimiento 26 de Marzo, militó en el FER 68 pero no estaba integrada al MLN. Washington también militaba en el FER 68 y más adelante ingresó al MLN.

Se casaron en octubre del 73 y se mudaron a un apartamento, atrás de la casa de los padres de él, en Brazo Oriental. Para noche buena Silvia, Washington y Jacqueline, su hermana, arman juntos el arbolito.

“- Esta Navidad estamos acá, mamá, pero las próximas capaz que estamos en otro lado; yo te voy a pedir que siempre hagas el arbolito para noche buena, así nos vas a tener siempre presentes” - le pidió Washington.

Eran muchos los miedos, cuando le avisaron a la madre de Washington que iban a tener un hijo, Silvia dijo:

“-Te vamos a pedir que, si nos tenemos que ir de acá, vos te hagas cargo del niño, o de la niña, sólo vos.
-¿Pasa algo?” -preguntó la madre, y Washington contestó:
“-No, no pasa nada, pero si llega a pasar algo, mamá... queremos que vos te hagas cargo de nuestro hijo”.

La muerte interrumpió sus sueños. En el velatorio, que se hizo en la casa materna, Rapella apareció a provocar. El padre de Silvia en un impulso le sacó el arma y le apuntó a la cabeza, lo sacó de la casa y le dijo que lo iba a matar si le pasaba algo a Stella. Finalmente pudieron convencerlo de devolverle el arma y Rapella se fue.

La presencia militar no impidió que los vecinos llegaran y en silencio se fueran ubicando en la vereda de enfrente, donde armaron una cadena humana. Cuando salió el féretro, una lluvia de rosas rojas cayó sobre él. Con las manos unidas la gente formó el espontáneo y cálido cortejo.

El 29 de noviembre de 1973 había cumplido 19 años.



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